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jueves, 30 de enero de 2014

Mi eterno amigo el mate



No ha de ser novedad, que muchos argentinos somos mate-dependientes. Según leía por ahí, nuestra afición por el mate es lo que nos hace excelentes noctámbulos. Claro que el café, las fechas de entrega, el estrés entre muchas otras cosas y circunstancias ayudan, y mucho. 
No han de faltar, en ningún album familiar que se precie de tal, fotos del bebé con el mate (esta foto es de mi familia-no encontré una mía, que la tengo). 
Es que nosotros tenemos el mate tan arraigado, especialmente en el interior, que vivir sin mate es como tratar de vivir sin oxígeno.
El mate llega a nuestras vidas desde muy pequeños. Normalmente empezamos rogando y haciendo berrinches para que nos conviden, y peleando con el "está muy caliente, te vas a quemar" que nos dice mamá. Luego, un dia cualquiera, los grandes deciden que sos lo suficientemente grande como para probar y te pasan un mate dulce (y sí, sin azúcar no te gustaría). Haciéndote el importante te llevás la bombilla a la boca, sonreís triunfante, ponés la boca en posición y das tu primer sorbo. Si el cebador es bueno, sufrirás un poco el calor del agua, pero disfrutás el sabor de la bebida, si no lo es, hay caritas de asco para coleccionar. Pero ni aún así, soltás el mate. 
Y se vuelve cotidiano. La hora de la comida está buena, pero ese rato en que te sentás a "tomar mate" es increible, pues finalmente sos uno de los grandes, y mate en mano, hasta te dan un poco de derecho a opinar. 
Así, alguna vez, te encontrás cebándote mates solo. Y es raro, porque no tenés conciencia real de cómo cebar un mate, digo, los extranjeros preguntan y, todos sabemos, que hay teóricos del mate. Pero de niño, creo que nadie pregunta cómo se hace y simplemente lo hace. 30 toneladas de azúcar con un poco de yerba y el agua que probablemente se te pasó de caliente, pero es TU PRIMER MATE CEBADO POR VOS MISMO, es un orgullo por un logro personal y aunque sepa a polvillo hervido, te lo tomás, sonriendo al final porque es tu propia búsqueda del sazón matero. 
Hay técnicas para cada tipo de mate, y hay mates para todos los gustos, hasta hay un lenguaje del mate, y mates con aditivos. A mí me gusta el mate con yuyos, a otros les gusta con café, o con cascaritas de naranjas o limon. El mate en pomelo también es una variedad interesante. El de orégano, no lo recomiendo. El con TODO (todo= yuyos, yerba compuesta, naranja, limón y café) es sólo para valientes y delirantes, a mí no me gustó. El edulcorante, si y sólo si, va acompañado de una docena de medialunas con grasa. 
El mate acompaña a estudiantes universitarios, en largas veladas de estudio nocturnas (o mañanaeras, convengamos que si cebo yo, de mañana, es específicamente para despertarse). El mate lavado, casi sin yerba medio frío, es el tentempié de los recreos para algunos profes y maestros. Es lo que evita que nos matemos en reuniones. Es el condimento ideal para charlas entre amigos. Es la compañía ideal para cuando necesitás pensar. 
El mate, es mi eterno amigo. 

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3 comentarios:

  1. Excelente y muy autoctono post!
    Es cierto Andrea! El mate lavado en la escuela es una tradición.
    Yo antes era de no tomar mate solo porque me parecia una bebida "social" .... ahora me la paso tomando mate solo, acompañado, bajo techo, a la intemperie .... como sea.
    No hay nada mejor que el mate, aunque la yerba esta un poco cara!

    Un abrazo!

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  2. Me enantó el post Andrea!!
    Gracias por compartirlo!!!
    Yo soy de las tuyas: Tomo mate con yuyos!!
    Y muchas veces me lo cebo yo y lo tomo sola, por gusto, no más...
    Un abrazote enorme!!
    Lau.

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  3. Es con mucho que me tomaría uno contigo amigo Gabriel.Un abrazote :)

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"Solo tengo dos certezas: la de la ansiedad de lo absoluto que hay en mi y la imposibilidad de volver el caos del mundo a un orden racional" Albert Camus

Item Reviewed: Mi eterno amigo el mate Rating: 5 Reviewed By: Andrea Landella